Tarbut Granada

Proyecto

La comunidad judía ha tenido presencia en Granada más de quince siglos, durante los cuales, y especialmente durante la edad de oro de los judíos andaluces, brindó a la ciudad muchos personajes relevantes, entre científicos, literatos, políticos y artesanos, como Samuel Ibn Nagrella, que dotó a la ciudad de un sistema de baños públicos, o Yehudá Ibn Tibon, médico, traductor, visir y poeta granadino.

El barrio del Realejo está situado en el casco antiguo de la ciudad, a los pies de la Alhambra por su cara suroriental. Sus orígenes se remontan al arrabal judío de la Granada musulmana, recibiendo el mismo el nombre «la Granada judía» (Garnata(t) al-Yahud en árabe).

Museo Sefardí de Granada

El Museo Sefardí de Granada, oficialmente Museo de la Judería, es un pequeño museo de la ciudad de Granada, España, dedicado a la recreación de la cultura, historia, personajes y tradiciones de los judíos sefardíes de la Granada judía. El museo, una iniciativa privada, está instalado en una casa típica del barrio de Realejo, el barrio judío de Granada antes de la expulsión de los judíos de 1492.

El Museo sefardí de Granada abrió sus puertas en 2013, el año en que el gobierno español resolvió conceder la nacionalidad española a los descendiente de los sefardíes expulsados a raíz del Edicto de Granada, un documento firmado por los Reyes Católicos en la propia ciudad natal de esta comunidad judía (también llamado Decreto de la Alhambra, lugar de su firma).

El museo, iniciativa de la familia Chevalier (en sí descendientes de anusim de la ciudad), cuenta con objetos de uso cotidiano, mapas de la ciudad y una biblioteca de temática sefardí. En su interior se da a conocer las aportaciones a la literatura, ciencia, gastronomía e historia de esta comunidad a la ciudad de Granada, a través de un recorrido en miniatura de sus lugares de culto, el comercio y los oficios en la antigua judería de la ciudad. Destacan en la exhibición una colección de objetos del culto judío, una cocina de cerámica y un patio diseñado al estilo sefardí.

El museo ofrece también excursiones guiadas por el barrio judío de Realejo.

Entrevista de Mozaika al Centro de la Memoria Sefardi.

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Entrevista a Beatriz Chevalier

Callejeando por el centro de Granada, el visitante se puede encontrar fácilmente con el Museo Sefardí, una bonita casa-museo perteneciente a la familia de Beatriz Chevalier. Con esta iniciativa privada se quiere reivindicar la Granada judía y dar a conocer la historia y las tradiciones de los judíos sefardíes.

 

¿Cómo surge la idea de crear el museo? ¿Existen iniciativas parecidas en Granada?

Soy descendiente de sefardíes por parte de madre, más concretamente de los anusim, que tuvieron que convertirse al cristianismo y conservaron sus costumbres muy en secreto. Siempre he sentido la necesidad de dar a conocer la  cultura de mis antepasados y poder decir libremente que soy judía, pues muy poca gente se atreve a hacerlo en esta ciudad. De ahí la idea de crear el museo hace unos siete meses.

Sobre la existencia de iniciativas parecidas en Granada, hace poco tiempo que se ha abierto otro museo. Sabemos, por lo que nos cuentan, que aunque se llame sefardí, es más representativo de las tres culturas. No es nada parecido al nuestro, pues nosotros nos centramos únicamente en la judía, la sefardí más concretamente.

Beatriz, esta casa pertenecía a tu familia, ¿cuál es la historia de tu familia?

Todas mis generaciones anteriores por parte materna eran judíos conversos. Aún recuerdo, cuando durante mi infancia, mi abuela me decía que cerrara las ventanas los sábados para que nadie desde fuera viese nada «extraño», fuera de lo común, y encendía las velas.

He llegado a sufrir el sentimiento de marginación, cuando sólo en un pequeño círculo de familiares podíamos decir que nuestra procedencia era judía, pues por supuesto, todos debíamos estar bautizados e ir a misa todos los domingos, recuerdo que mi madre y mi abuela iban con resentimiento y obligación.

A todo esto, más me duele aún el que de toda mi familia, al ser todos conversos, actualmente ninguno de ellos quiera saber nada del judaísmo, habiéndolo sentido en sus propias carnes, debido al miedo tan intenso y latente que expresan renegándose a sí mismos y diciendo lo contrario, o sea, que su procedencia es católica.

La verdad, siempre sentí la necesidad innata de poder hacer y decir lo que mis abuelos no pudieron nunca y escondieron dentro de su corazón. La creación del museo me ha llenado de satisfacción, aunque no son pocas las dificultades.

Como nos contó el guía durante la visita, el nombre de la ciudad de Granada está relacionado con su pasado judío, ¿verdad?

Sí, eso es totalmente cierto, nos lo confirman algunos de los profesores del Departamento de Semítica Hebrea de la Universidad de Granada, con los que estamos en contacto. Es una cosa que no mucha gente sabe en la ciudad.

¿Qué ofrecéis al visitante? ¿Qué tipo de personas se acercan al museo?

Presentamos la historia judía de Granada, éste es el grueso de la visita al museo. Consideramos que, al no haber en la ciudad restos arqueológicos del pasado judío, es importante explicar cuál fue su historia. Aunque el museo todavía es pequeño y no poseemos muchas piezas, poco a poco esperamos crecer con la ayuda de nuestros clientes.

La mayoría de personas que vienen a visitarnos son judíos, el resto de visitantes son turistas o gente interesada en la historia o en la temática judía.

Además realizáis clases de hebreo, ¿cómo son las clases?

Las clases que ofrecemos son de hebreo moderno, se trata de un nivel inicial. Son clases muy didácticas y amenas, a la profesora le gusta enseñar canciones, combinando el hebreo y el español.

¿Qué otro tipo de acontecimientos proponéis?

Ofrecemos conciertos de música sefardí, ya hemos celebrado tres, el último fue un especial de Navidad, en el que se cantaron canciones relacionadas con las fiestas judías (Purim, Janucá, etc). Durante los conciertos, ofrecemos a los asistentes pastas sefardíes elaboradas en la judería de Hervás (Cáceres).

También celebramos ceremonias religiosas judías, como Janucá, en cuya fiesta previamente se invitó al público a ver un vídeo sobre el origen de la fiesta. También hemos celebrado algún Shabbat; en general estamos abiertos a cualquier tipo de celebración, tanto religiosa como festiva, que tenga que ver con el judaísmo. Más adelante, presentaremos una exposición sobre el fenómeno de la caja Dybbuk, mostrando cuál es su procedencia.

¿Cómo puede la gente apoyar al museo? 

Nos pueden ayudar, tanto por medio de donaciones económicas, como aportándonos cualquier pieza relativa a la cultura sefardí o judía en general, así como cualquier otro material para el aprendizaje o engrandecimiento del judaísmo en la ciudad.

Actualmente hay unos 40000 judíos en España, ¿cómo es ser judío en Granada?

Pues contestándote con toda franqueza, es tremendamente difícil. A la ya dificultosa tarea de encontrar productos kosher (el supermercado más cercano se encuentra en Torremolinos), le añadimos el que en Granada apenas hay judíos. Sí hay gente que considera y sabe que son descendientes de judíos, pero no existe un grupo o comunidad judía, ayudar a formarla es uno de nuestros objetivos. También hay estudiantes judíos, pero ésta es una población fluctuante. Además, la población de Granada suele tener una mentalidad muy conservadora y alguna que otra persona es reacia al tema, ya que es algo nuevo y a la gente le asusta lo desconocido.

Para finalizar, contadnos algún detalle que queráis compartir con nosotros.

Pues decirte que nos complacería poder adaptar alguna sala como templo, aunque fuera provisional, para que los visitantes judíos, tanto del museo como de paso por la ciudad, o los residentes que haya puedan realizar algún rezo o por supuesto cualquier celebración religiosa judía con la regularidad habitual.

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Batsheva (Beatriz) Chevalier Sola
Presidente de Tarbut Granada

y

Yosef ben Abraham Camarero,
secretario del museo y pintor

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